Para fabricar el extrusor de chocolate vamos a usar una jeringa de vidrio. Hemos comprado una de 20 cc de capacidad. No es mucho pero debe de servir para una impresión razonable. Pensamos en pequeñas figuras planas o casi planas con lo que se gastará poco chocolate. Más adelante podemos pensar en diseñar un extrusor mayor.
La jeringa se llenará de virutas de chocolate y luego hay que calentarlo. Pensamos en usar un calentador de las impresoras 3D de plástico, pero hay que sujetarlo y hacer que el calor se distribuya por toda la jeringa. Se nos ocurre envolverla en papel de aluminio. Así que cogemos un rollo de papel de aluminio y lo cortamos a medida.
Empezamos a dar vueltas a la jeringa, intentando que quede lo más apretado posible.
El proceso es difícil, porque el papel de aluminio se rompe a veces. Damos unas 50 vueltas, colocamos el cartucho calentador y el termistor para controlar la temperatura, y seguimos dando vueltas. Al final lo metemos todo en un trozo de tubo termo-retráctil para aislarlo y darle consistencia.
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